Prácticas de desarrollo humano integral ¿Por qué es importante este tema?
Uno de los conceptos más usados por quienes promueven un cambio positivo en los modelos sociales en este siglo XXI es el de desarrollo humano integral.
Pero ¿qué es el desarrollo humano integral y cómo es posible impulsarlo?
Por definición, es un proceso de progreso colectivo basado en la aplicación a nivel gubernamental de un conjunto coordinado de acciones políticas, sociales y económicas.
Estas acciones apuntan a promover la solidaridad, el respeto a la dignidad personal y el apoyo económico institucional como herramienta para impulsar la mejora continua en la calidad de vida de las familias e individuos.
El objetivo final no es otro que construir un mundo donde prevalezca la sana convivencia. En este mundo los seres humanos tendrán un fuerte lazo de confianza mutua y una sensación de seguridad en todos los aspectos de la vida diaria.
Pero algo muy importante es que al hablar de desarrollo humano se debe considerar también la relación del hombre con el medio ambiente.
De hecho, se considera que el ser humano no tendría un desarrollo integral viable y un futuro sostenible si no se detiene ahora la destrucción de la biodiversidad.
En este sentido, se enfatiza la importancia de crear planes para garantizar que las generaciones futuras hereden un medio ambiente limpio y protegido.
Criterios principales del desarrollo humano integral
Lograr un desarrollo integral implica aplicar un esfuerzo continuo, sistemático y a largo plazo para resolver las necesidades básicas que tiene el ser humano.
¿Cuáles son estas necesidades? Gran cantidad de teóricos de la economía social y la sociología han debatido sobre esto desde hace 40 años.
La conclusión es que para que el ser humano se desarrolle y sea feliz, las necesidades básicas a atender son la vivienda, la salud y la educación.
Sin importar las características culturales, económicas y desarrollo tecnológico de cada país del mundo, todos sus habitantes comparten estas mismas necesidades.
¿Por qué se deben preocupar los gobiernos por el desarrollo humano?
El ser humano es el elemento más importante de cualquier sociedad.
Ni el poder militar ni el desarrollo económico de una nación puede sostenerse en el tiempo si los gobiernos no prestan atención a las necesidades de su población.
Los países que han logrado más desarrollo son precisamente los que han puesto gran atención a estos temas.
Los países con más calidad de vida son siempre aquellos que han establecido como prioridad atender el asunto de la vivienda, la salud y la educación.
Y aunque muchos críticos de la inversión social consideran que gastar recursos en el desarrollo humano integral es nocivo para la economía, la realidad los desmiente.
Se han hecho varios estudios al respecto en Estados Unidos, Europa, China y en varios países emergentes.
La conclusión es que aquellos países que trabajan por tener una sociedad bien integrada desde el punto de vista humano suelen ser mucho más productivos.
Igualmente, sus economías son más resistentes a los vaivenes del mercado mundial.
Incluso, algo nos queda muy claro tras dos años de pandemia y problemas en el comercio mundial por los vaivenes del precio del petróleo y gas:
En este momento, los países que ha priorizado la rentabilidad y se han olvidado del ser humano durante los últimos años, tienen más problemas para reactivar su economía.
Responsabilidad individual y desarrollo humano integral
No solo hay una responsabilidad de los gobiernos e instituciones en el desarrollo humano integral. Los individuos también tienen un papel que cumplir en este tema.
Como seres humanos, es nuestra responsabilidad trabajar para lograr nuestro máximo crecimiento intelectual, físico y emocional.
En la medida en que le demos valor agregado a nuestras vidas, también enriqueceremos a la sociedad de la cual formamos parte.
La razón es que hay una sinergia entre los miembros de un grupo humano que hace que el beneficio de uno beneficie también a quienes lo rodean.
En este caso, obtener una mejor educación sería la meta principal para el individuo, siempre con miras a adquirir más capacidad para influir positivamente en la sociedad y no solamente para el beneficio personal.
El capital humano, una nueva forma de activo dentro de la economía
En el siglo XXI el concepto de “desarrollo humano integral” ha dejado de ser algo teórico y se ha convertido en un hecho.
Esto lo vemos en el uso intensivo del concepto de “capital humano” por parte de quienes manejan los programas de desarrollo económico y trabajo.
Ahora se reconoce que el poder productivo de una sociedad será mayor o menor según el nivel de satisfacción de su capital humano.
Esto significa que ahora se entiende la importancia de que los trabajadores tengan mejor calidad de vida, si se desea que produzcan más.
¿Qué prácticas debo seguir para lograr mi desarrollo integral?
Esencialmente, una persona se define tanto por sus características individuales particulares como por la forma en que se relaciona con el mundo.
Por lo tanto, para mejorar la calidad de vida, el individuo debe hacer cambios en su conducta, que le permitan potenciar su desarrollo integral.
Algunos de estos cambios son:
- Establecer una meta en la vida por la cual se trabajará y luchará.
- Fomentar una vida saludable, incluyendo una alimentación balanceada, practicar ejercicio y evitar conductas o experiencias que afecten la salud física y mental.
- Identificar las fortalezas propias y desarrollarlas al máximo.
- Cuidar la salud y alimentación.
- Trabajar y estudiar en aquello que le gusta y no en lo que le imponga la sociedad. Solo así se puede sentir realizado y motivado para seguir adelante.
- Fomentar la práctica del respeto muto, el afecto y la comunicación con la pareja, hijos y parientes.
- Valorar el bien propio, pero también que se debe aportar siempre algo para el beneficio de los demás.
Aunque estos cambios parecen sencillos, realmente se requiere mucho esfuerzo y un alto grado de autodisciplina para hacerlos realidad.
Sin embargo, merecen la pena, pues al fin y al cabo nos ayudarán a alcanzar el desarrollo humano integral que aspiramos individualmente y como sociedad.